Aún recuerdo el rostro de aquella mujer,
tan lleno de vida, tan lleno de placer;
sus lagrimas parecían no ofender,
en su mirada triste la verdad parecia florecer...
Jugaba con el sol, a ver quien tiene más valor,
queria enloquecer al tiempo, volver inútil su talento;
era de plata la brisa que su faz rozaba,
eran pedazos de cielo los que se desprendian
cuando ella asi lo pedia...
Aún recuerdo sus labios y sus gritos insurrectos,
el recuerdo ha sido esclavo de tanto pensamiento...
Aún recuerdo, el rostro lleno de rojo carmín,
que en silencio decia mas que la musica mas detallada;
sus ropajes llenos de nada...
Ella era mi mujer amada...AJ
sábado, 13 de febrero de 2010
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