jueves, 30 de abril de 2009

Insomnio...

Hola noche, lasciva me miras escondida en tu manto negro, veo a la luna que ríe y no sufre; golpes de locura que evitan que concilie un pacto entre Morfeo y mi pensar, escucho el ruido de las ramas, golpe y golpe sin parar, cegada la inteligencia, ella ya no está, cubre de demoniacas esperanzas la falsa felicidad; camino de un lado a otro la cama parece un inocuo valor muerto, trémulo el sentimiento vuelve a torturar el lamento del silencio…

La soledad, oh dichosa compañera, ¿cuando me dejaras?, no es que desprecie tu valiosa compañía, si no que prefiero la de la hermosa rosa que con su aroma impregnaba el viento y dormía todo derredor de mi claudicar; tiempo mi enemigo eterno, tu avanzar es lento y parece que apropósito detienes mi lamento, has vencido y de premio vuelves a tener mi condición de preso.

Marca el tempo el ritmo de la armónica sintonía, ese baile incansable que sin espada ni escudo, solo la voluntad misma que se quiebra y renace; mantiene en trance a detalle inigualable danza hermosa y agresiva traza dichosa y no veo el final, pues mis ojos no quieren cerrar, ¿pues como puedo abandonar tan deleitable baile?...

De vuelta el insomnio me vuelve a golpear, ya no tengo ni espada para poder atacar; ha quedado rota en el muro de la ilusión, ha vencido el tiempo y ella tiene mi corazón…AE

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